Petauros del azucar

Introducción

El petauro del azúcar (Petaurus breviceps), también denominado en ocasiones falangero del azúcar o planeador del azúcar (del inglés sugar glider), es un pequeño mamífero marsupial originario de Australia y Oceanía. Taxonómicamente pertenece al Orden Diprotodontos, que comparte con otros marsupiales como el koala, los canguros, los wombats, los cuscuses y los pósums.

El género Petaurus agrupa 5 especies de los llamados petauros o posums planeadores menores. Su aspecto es similar al de las ardillas voladoras (Glaucomys sp.) originarias de Norteamérica y pertenecientes al orden Roedores. El petauro se diferencia por su cola no aplanada, el marsupio en las hembras (que las ardillas voladoras no poseen) y su dentadura.

El hábitat natural del petauro del azúcar son los bosques abiertos del noreste australiano, Nueva Guinea e islas adyacentes, así como Tasmania, donde fue introducido. Son animales arborícolas y nocturnos. Utilizan oquedades en los árboles que tapizan de hojas para crear un nido. Arrancan las hojas con las manos mientras se mantienen suspendidos con los pies.  Algunos autores señalan que para reunir y transportar el material recolectado al nido se sirven de su cola ligeramente prensil.  Con la cola ocupada no pueden planear, por lo que en estos momentos se trasladan a la carrera.16,20 No obstante, en cautividad no se ha observado este uso de la cola en el Petaurus breviceps. Cuando la temperatura ambiente baja, los petauros se mantienen en el nido dándose calor mutuamente o entran en estado de torpor durante las horas más frías del día (hasta 23 horas al día). Durante el torpor la temperatura corporal puede descender hasta unos 11-19°C, según autores.

Estos animales viven en grupos familiares de hasta siete individuos adultos y sus crías. Generalmente de uno a tres machos maduros defienden el territorio y se reproducen con un grupo de hembras. En cautividad es recomendable no alojar más de dos machos juntos, sino optar por un grupo de un macho y varias hembras. Los machos jóvenes suelen abandonar el grupo cuando alcanzan 10-12 meses de edad.

El olfato es inmensamente importante en la comunicación entre los individuos y mantenimiento del territorio familiar. Los machos dominantes poseen una glándula frontal, una esternal y tres glándulas urogenitales o paracloacales. Marcan el territorio y a otros miembros de su grupo familiar con secreciones de estas glándulas.14 Las hembras dejan marcas de olor mediante las glándulas marsupiales y urogenitales. El olor corporal proporciona información sobre la pertenencia familiar, jerarquía, disposición para el apareamiento y otros aspectos importantes en la vida del grupo. Los petauros también recurren a las marcas mediante orina, especialmente las hembras. La comunicación vocal entre individuos también es rica y variada en los petauros que poseen una buena audición y son capaces de producir una gama bastante amplia de sonidos. La retina de los petauros es avascular. Poseen una buena agudeza visual y visión nocturna.

Los petauros son omnívoros. En la naturaleza se alimentan de savia, flores, néctar, insectos y sus larvas, arácnidos e, incluso, pequeños vertebrados. Un error común cuando se mantienen en cautividad es ofrecerles excesiva cantidad de alimentos dulces y fruta, hecho que conduce a que los animales no ingieran suficiente alimento rico en proteínas y minerales.

Los petauros en cautividad

Animales gregarios! Necesitan vivir como mínimo en pareja, mucho mejor en grupo. Nunca debe ser mantenido un solo petauro, sería cruel.

Para la tenencia de los petauros en cautividad es necesario tener en cuenta una serie de factores. Sin duda son animales muy interesantes y graciosos para observar, pero antes de adquirir un petauro debemos recomendar al potencial dueño reflexionar sobre el tema. En primer lugar que son animales gregarios, por lo que no deben ser mantenidos como mascota única, sino en grupos familiares. Como se ha mencionado antes, un grupo con un macho y varias hembras suele ser la mejor opción. La ausencia de grupo familiar es un factor de estrés para el animal y puede conducir a sufrimiento, trastornos de comportamiento y de salud.

En segundo lugar, son animales nocturnos. Como tales no suelen reaccionar bien cuando son molestados o manejados durante el día. Requieren dedicación e interacción con el dueño para mantenerse mansos y sociables con el ser humano. En tercer lugar, requieren instalaciones y dietas especiales. Es necesario proporcionarles un espacio amplio para moverse e invertir un tiempo considerable en el mantenimiento de la higiene de la jaula y comederos.

Por último, incluso los animales castrados poseen un olor almizclado relativamente fuerte que puede resultar intolerable para algunas personas.

Alojamiento

La jaula para alojar a los petauros debe ser lo más amplia posible. Suele recomendarse que tenga al menos 1 metro de altura y otro de anchura. Estas medidas mínimas son aceptables en caso de que a los animales se les permita además salir de la jaula y dispongan de al menos una habitación adaptada a sus actividades. En caso de que se mantengan en la jaula todo el tiempo, ésta debe ser un instalación mucho más amplia que proporcione a los petauros la posibilidad de trepar y saltar (al menos un par de metros en dos de sus lados). La distancia entre barrotes debe ser lo suficientemente pequeña para que ni los petauros adultos ni las crías puedan salirse entre ellos. Necesitan jaulas bien ventiladas con mobiliario adecuado: ramas y refugios. Lo normal es que todos los animales del grupo elijan un refugio y duerman juntos en él, por lo que éste debe ser lo suficientemente amplio para alojar a todos. Es recomendable que el refugio tenga una tapa que pueda abrirse fácilmente en caso de necesidad o emergencia. Las cajas nido para aves suelen ser adecuadas. El refugio debe ser instalado en lo alto de la jaula. Es recomendable proporcionarles algo de material para el nido: servilletas de papel, heno, hojas secas o viruta. Las telas, el algodón o la lana no son adecuados y conllevan el riesgo de atrapamiento de dedos o dientes con los hilos. Aunque los petauros mantienen su nido relativamente limpio es recomendable cambiar el material de acolchado cada 1- 2 semanas.

Dieta de los petauros

Es necesario instalar varios comederos y bebederos para evitar que los animales compitan.

La dieta de los petauros es otro punto complicado y sujeto a controversia. Existen varias propuestas para la dieta en cautividad. El nombre común de la especie, petauro del azúcar, no debe confundirnos. Si bien es cierto que se alimentan de savia, resina, néctares y polen ricos en carbohidratos, también consumen una gran variedad de insectos y arácnidos. Usan sus largos incisivos inferiores para atravesar y romper la corteza de los árboles y llegar así a la savia, resina o invertebrados escondidos debajo. También aprovechan los orificios en la corteza realizados por otros animales, como aves o insectos. Sus árboles favoritos son los eucaliptos (en particular Eucalyptus viminalis o Manna gum tree, que produce una savia con 5-15% de contenido en carbohidratos, o Corymbia sp.) y las acacias. El veterinario y el propietario deben saber que en la naturaleza la dieta del petauro varía según la época del año y el estado reproductivo (pudiendo ser predominantemente insectívoro durante la época de reproducción en primavera y verano, pero no durante el resto del año). Durante los meses de otoño e invierno consumen más savia, resina, insectos chupadores de savia y los atrapados en la resina. También se ha observado que consumen las melazas producidas por toda clase de insectos. Los petauros tienen un ciego bastante desarrollado en el que la fermentación microbiana se encarga de la digestión de polisacáridos complejos de las resinas.

Un petauro en libertad consume entre 170 y 229 kJ/día, lo que equivale aproximadamente a una cantidad de comida correspondiente a 15-20% de peso vivo (15-20g/100g de peso corporal). No obstante, un petauro en cautividad puede tener un gasto energético sustancialmente menor, por lo que puede ser necesario ajustar la cantidad de comida para evitar la obesidad.

Dietas basadas únicamente en sustancias dulces o en fruta son altamente perjudiciales para los petauros e invariablemente conducen a enfermedad, debido a que no proporcionan aminoácidos ni minerales en cantidad suficiente.

Una opción más cómoda para el propietario es preparar una mezcla base triturando juntos los ingredientes (excepto los insectos) que puede ser congelada en bandejas para cubitos de hielo. De esta manera, es posible preparar comida para varios días y simplemente descongelar las porciones diarias antes de ofrecerlas a los animales. Es preferible reponer la comida fresca por la tarde noche, justo antes de que empiecen a activarse. La mezcla para dieta diaria para petauros que recomendamos en nuestro centro no requiere suplementación adicional con vitaminas. La receta de la mezcla base es como sigue:

  1. 5 cucharadas de pienso de gato adulto de gama alta (Hill’s, Royal Canin o similar)
  2. 3 cucharadas miel y/o jarabe de arce
  3. 2 piezas de fruta dulce y jugosa (plátano, pera, mango)
  4. 1 cucharada de polen

Ofrecer un “cubito” al día por cabeza junto con 5 g de verdura fresca.

Ocasionalmente (una vez por semana) es recomendable ofrecer 1-2 insectos (por ejemplo tenebrios). La quitina de los insectos masajea las encías de los petauros y ayuda a prevenir enfermedades de las encías y los dientes. Conviene evitar cereales y frutos secos.

Los petauros deben disponer siempre de agua limpia y fresca.

El néctar artificial comercializado para loris (psitácidas) puede ofrecerse también a los petauros en pequeñas cantidades. Es recomendable ofrecer la comida fresca por la tarde-noche cuando los animales comienzan a activarse. La higiene de los alimentos ofrecidos es fundamental. Los comederos y bebederos deben ser lavados a diario.

Como parte de enriquecimiento ambiental y fomento del comportamiento de búsqueda (foraging) pueden usarse escondites de comida y pastas elaboradas con goma arábiga (comercializada en polvo).

Conviene evitar los cereales y los frutos secos.

Autores: María Ardiaca García y Andrés Montesinos Barceló

Veterinarios Especialistas en Animales Exóticos